¿Cómo introduzco una dieta de hortalizas a mi bebé?

Es normal que al hablar de la introducción de las primeras papillas en la dieta del bebé escuches hablar de las verduras, pero sería más exacto hablar de hortalizas, las cuales a partir de los seis meses forman parte fundamental de la dieta del niño, complementando a la leche.

El término hortalizas incluye una gran diversidad de alimentos. Por ejemplo, de las hortalizas se pueden consumir distintas partes, ya sean las hojas, como la espinaca, las raíces, como la zanahoria, los bulbos, como la cebolla, los frutos, el calabacín, los tubérculos, las papas o incluso las flores, coliflor. Estas se ofrecerán cocidas en forma de puré, y a partir de los ocho o nueve meses, dejando algunos trocitos más grandes para que tu bebé empiece a masticar y probar nuevas texturas, de manera que pueda diferenciar las distintas verduras.

Es importante antes de cocinarlas, lavar muy bien las hortalizas, pelarlas o cepillarlas dependiendo si se trata de hojas, raíces o tubérculos. Al limpiarlas, eliminas sustancias perjudiciales o bacterias que puedan estar en la piel del alimento. Asimismo, debes manipularlas con mucho cuidado, puesto que las vitaminas de las hortalizas se destruyen si están muy expuestas a la luz, el aire o el calor, además las sales minerales se disuelven en gran medida en el agua al cocer las hortalizas.

Las hortalizas cocidas que no se vayan a consumir en el momento, deben enfriarse, taparse y guardarse en la nevera. Después, se pueden volver a calentar pero durante poco tiempo porque el recalentamiento aumenta el nivel de nitritos en las verduras. De la misma forma, las papillas elaboradas se pueden guardar en la nevera bien tapadas o congelarse para consumir más adelante o al día siguiente.

¿Qué nutrientes aportan las hortalizas a la dieta de mi bebé?

Las hortalizas aportan innumerables beneficios para un crecimiento y desarrollo sano de los bebés, como por ejemplo contienen un alto grado de ácido fólico (su carencia se relaciona con anemia), vitamina C y betacaroteno (Provitamina A). Además, sales minerales, en especial, magnesio y potasio, hierro y calcio. Adicionalmente, fibra y muy pocas calorías. No obstante, recuerda que las frutas y hortalizas son complementarias a la leche materna y no al revés. Por lo tanto, dar papillas de fruta u hortalizas para engordar al bebé no tiene sentido, puesto que le estarás aportando menos calorías que con una toma de leche.

Sin embargo, el tomate es un caso aparte por ser una de las hortalizas más alergénicas. Puede provocar erupciones alrededor de la boca, por lo que los pediatras recomiendan dárselo después de los seis o siete meses y, si notas alguna reacción desfavorable esperes a los nueve o doce meses, o mejor aún, consultes con su médico qué es lo más recomendable para tu bebé, recuerda que cada niño es diferente y lo que es sano para la mayoría no puedo serlo para otros.

¿Cómo puedo cocinar las hortalizas?

  • Es preferible hervir las verduras en trozos grandes, cuanto más pequeños sean más vitaminas y minerales se perderán en la cocción.
  • Introduce las verduras en agua hirviendo o hazlas al vapor.
  • Utilizar el mínimo volumen de agua posible.

Por último, recuerda que el puré o crema de hortalizas no tiene casi valor calórico, por eso es el complemento ideal de la leche materna.

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